Prolapso vaginal o desprendimiento de vagina: síntomas, causas y prevención

El prolapso vaginal, también conocido como desprendimiento de vagina, es una condición que afecta a muchas mujeres, especialmente a partir de los 30 o 40 años, y cuya probabilidad aumenta tras el parto y durante la menopausia. Aunque puede generar vergüenza o incomodidad, es importante hablar de ello y, sobre todo, buscar soluciones, ya que existen tratamientos efectivos para prevenir y tratar este problema.

¿Qué es el prolapso vaginal?

El prolapso vaginal ocurre cuando los músculos del suelo pélvico se debilitan, lo que impide que los órganos pélvicos (vejiga, útero, intestinos o recto) se mantengan en su posición normal. Como resultado, estos órganos descienden y pueden presionar contra las paredes vaginales o incluso sobresalir hacia el exterior.

Este problema puede clasificarse en cuatro grados, según la gravedad del descenso del órgano afectado.

Tipos de prolapso vaginal más comunes

  1. Cistocele Ocurre cuando la vejiga desciende y presiona contra la pared anterior de la vagina.
  2. Rectocele Se produce cuando el recto sobresale hacia la pared posterior de la vagina.
  3. Enterocele En este caso, son las asas intestinales las que descienden.
  4. Prolapso uterino El útero desciende hacia el canal vaginal o incluso puede llegar a sobresalir por la abertura vaginal.
  5. Prolapso de la cúpula vaginal Sucede en mujeres a las que se les ha practicado una histerectomía (extirpación del útero) y desciende la parte superior de la vagina.

Factores de riesgo del prolapso vaginal

El debilitamiento del suelo pélvico puede ocurrir por diversas razones, siendo las más comunes:

  • Embarazo y parto vaginal: el esfuerzo realizado durante el parto, especialmente si ha sido prolongado o se ha utilizado instrumental, puede debilitar los músculos.
  • Menopausia: la disminución de estrógenos afecta la elasticidad y fuerza de los tejidos del suelo pélvico.
  • Estreñimiento crónico: los esfuerzos repetidos al defecar aumentan la presión sobre el suelo pélvico.
  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la carga que soportan los músculos pélvicos.
  • Deportes de alto impacto: actividades como correr, saltar o levantar pesas de manera intensa pueden debilitar progresivamente el suelo pélvico.

Síntomas del prolapso vaginal

Reconocer los síntomas tempranos del prolapso es fundamental para buscar tratamiento a tiempo. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Sensación de presión o pesadez en la zona vaginal y pélvica.
  • Molestias en la parte baja de la espalda.
  • Pérdidas involuntarias de orina (incontinencia urinaria).
  • Aumento del flujo vaginal.
  • Dolor o molestias durante las relaciones sexuales.
  • Orinar con mucha frecuencia o dificultad para vaciar la vejiga por completo.
  • Sangrado vaginal anormal.
  • Sensación de que algo está sobresaliendo por la vagina.

Métodos para prevenir el prolapso vaginal

Aunque no siempre es posible evitar el prolapso vaginal, existen medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollarlo:

  1. Ejercicios del suelo pélvico Los ejercicios de Kegel y los abdominales hipopresivos son especialmente útiles para fortalecer los músculos de la zona pélvica. Realizarlos de manera regular ayuda a prevenir el debilitamiento.
  2. Evita el estreñimiento crónico Mantener una dieta rica en fibra y beber suficiente agua (al menos 2 litros al día) es clave para evitar el estreñimiento y los esfuerzos excesivos al evacuar.
  3. Mantén un peso saludable Reducir el exceso de peso disminuye la presión sobre el suelo pélvico, ayudando a prevenir el prolapso.
  4. Evita levantar objetos pesados Si necesitas levantar peso, hazlo correctamente, flexionando las rodillas y no la espalda, para evitar un esfuerzo excesivo sobre la zona pélvica.
  5. Usa ropa cómoda Evitar prendas demasiado ajustadas reduce la presión sobre la pelvis y favorece una mejor circulación sanguínea.

Tratamiento del prolapso vaginal

El tratamiento del prolapso vaginal dependerá del grado de severidad:

  1. Fisioterapia del suelo pélvico En casos leves, trabajar con un fisioterapeuta especializado puede ayudar a reforzar los músculos debilitados y mejorar los síntomas.
  2. Pesarios vaginales Son dispositivos de silicona que se colocan en la vagina para sostener los órganos pélvicos y aliviar la sensación de pesadez.
  3. Tratamiento láser ginecológico En BeNuren contamos con un tratamiento láser no invasivo que estimula la producción de colágeno en la zona vaginal, ayudando a fortalecer las paredes vaginales y mejorando la sujeción de los órganos pélvicos. Este procedimiento es rápido, indoloro y no requiere anestesia ni tiempo de recuperación.
  4. Cirugía En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar el tejido dañado y recolocar los órganos en su lugar.
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