Igual que en la cara aparecen arrugas y se ven claros signos de deterioro de la piel, en la vagina también ocurre y podemos ver deterioros en el tejido como en la parte más externa de la vagina, la vulva. Aunque a veces una mujer no es consciente de ello, nuestra vagina puede sufrir afecciones graves, que pueden derivar en patologías como atrofia vaginal. 

¿Qué es la atrofia vaginal? 

La atrofia vaginal es el adelgazamiento, sequedad e inflamación de las paredes vaginales. Si no se trata esta patología la mujer sufrirá molestias y dolores durante las relaciones sexuales, dado que hay una baja cantidad de lubricante en la vagina y la fricción que se produce durante la penetración es muy dolorosa. Además, puede ocasionar incontinencia urinaria, con las incomodidades que esto conlleva en el día a día de la mujer.

¿Cuáles son los síntomas?

En la atrofia detectamos una bajada de estrógenos y el tejido se resiente mucho, por norma general, notamos sequedad, ardor, picor y dolor en las relaciones sexuales, ya que la atrofia deteriora los tejidos.

  • Sequedad vaginal

  • Ardor vaginal

  • Secreción vaginal

  • Picazón genital

  • Sensación de ardor al orinar

  • Urgencia de orinar

  • Más infecciones urinarias

  • Incontinencia urinaria

  • Sangrado leve después de mantener relaciones sexuales

  • Molestias durante las relaciones sexuales

  • Menor lubricación vaginal durante la actividad sexual

  • Estrechamiento y acortamiento del canal vaginal

¿Cuáles son las causas?

El síndrome genitourinario de la menopausia, que llega a la vida de las mujeres entorno a los 50 años, se produce porque hay una bajada de los niveles de estrógenos, provocando que los tejidos vaginales pierdan laxitud, elasticidad y se vuelvan más delgados, secos y frágiles.

Algunas mujeres pueden desarrollar atrofia vaginal si se han sometido a radioterapia pélvica, quimioterapia o como efecto secundario de un tratamiento hormonal de cáncer de mama.

¿Cómo se realiza un diagnóstico?

El diagnóstico lo lleva a cabo un ginecólogo y puede realizar varias pruebas:

  • Examen pélvico: El ginecólogo palpa durante una exploración los órganos de la pelvis y examina visualmente los órganos genitales externos, la vagina y el cuello del útero. También, examina las paredes de la vagina y recto en busca de presencia de bultos, que denotan la presencia un prolapso.

  • Análisis de orina: Extracción y el análisis de orina, si tienes síntomas urinarios.

  • Prueba de equilibrio ácido: Muestra de fluidos vaginales o colocar una tira reactiva de papel en la vagina para analizar el equilibrio ácido.

¿Qué tratamientos existen? 

Hasta la fecha, las mujeres que están en menopausia normalmente toman óvulos, estrógenos o cremas, pero son parches porque soluciona momentáneamente el problema pero no es a largo plazo y no rejuvenece el tejido.

Sin embargo, gracias a la tecnología, el láser vaginal permite mejorar la laxitud de los tejidos de la vagina, reduciendo las pérdidas de orina. A diferencia del láser de CO2, el láser vaginal no es abrasivo y tiene una longitud de onda que permite penetrar en el tejido a 2 mm, realizando un aumento de temperatura para activar en esa zona la formación de colágeno y así favorecer la mejora del tejido y a su vez la lubricación.

Para regenerar una zona utilizamos tecnologías, tal como vemos en la cara con radiofrecuencia. Lo que hacemos es aplicar calor y reactivar de forma natural la producción de colágeno y elastina para mejorar la elasticidad de los tejido vaginal.

El láser vaginal hace un rejuvenecimiento tisular devolviendoles la elasticidad y la lubricación, importante durante relaciones sexuales. Si quieres más información acerca del tratamiento láser vaginal puedes ponerte en contacto con nosotros en info@benuren.com o bien realizar una consulta a nuestro especialista aquí