Nuestro cuerpo va cambiando a lo largo de los años, simplemente por el paso del tiempo, pero también las experiencias, las vivencias nos dejan huella. El embarazo, el parto, la menopausia… hacen que nuestro cuerpo se transforme y, por supuesto, también nuestro periné.
Nuestro suelo pélvico es importantísimo ya que se ocupa de funciones tan relevantes como la micción, la defecación y las sexuales y reproductoras. Las principales disfunciones que podemos encontrar ante una alteración de nuestro periné estarán, por tanto, relacionadas con esas funciones.
Causas de las pérdidas de orina en la mujer
El principal problema que podemos tener con nuestra vejiga es la incontinencia. ¿Qué es? Es cuando algo se escapa de nuestro cuerpo en contra de nuestra voluntad, no se trata de volumen, unas gotas ya son incontinencia. Y tenemos o no tenemos, no hay término medio.
Existen dos clases de incontinencias: de esfuerzo, de urgencia y mixta. En la primera falla el sistema y los reflejos, ahí hay que reeducar todo el sistema. En el caso de las urgencias las causas pueden ser variadas, algunas pueden ser por costumbres, conductuales, y en esas podemos hacer mucho. A veces asociamos llegar a casa con hacer pipí y entonces no aguantamos, hemos automatizado ese comportamiento y sería necesario tomar el control, ir cada día aguantando un poco más, contando uno la primera semana, dos la segunda…
Llegar al momento en el que mando yo. Al hacer una contracción perineal del suelo pélvico fuerte, esa urgencia, ese deseo miccional baja unos segundos, eso nos daría un margen para llegar. Pero si el suelo pélvico está muy débil no podremos parar el impulso así que nuestro primer objetivo sería fortalecerlo.
¿Qué son los prolapsos y cuáles son sus síntomas?
Se da un prolapso cuando un órgano o una víscera bajan en relación con su posición natural en el cuerpo. Puede ser pequeño o muy grande y aparecer como un bulto por la vagina. El principal problema que presentan los prolapsos es que no avisan, no dan síntomas así que cuando aparecen es tarde, debemos estar atentas en caso de tener:
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Sensación de peso en el bajo vientre.
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Sensación de tener algo en la vagina.
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Dolor en las relaciones sexuales.
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Incontinencia urinaria.
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Sensación de micción incompleta.
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Infección de orina de repetición.
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Estreñimiento.
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Dolor de espalda.
Normalmente, los prolapsos son lentos, van ocurriendo poco a poco conforme los tejidos se van distendiendo, pero existen circunstancias en las que se pueden dar de forma súbita como son el parto y, sobre todo, el postparto inmediato.
¿Por qué se produce un prolapso? Se puede dar por debilidad del suelo pélvico pero también por presión que, no solo debilita sino que empuja a todo hacia abajo. Así que es importante que aprendamos a vivir sin presión, de forma hipopresiva, para evitar que todo caiga sobre la parte baja de nuestro abdomen y sobre nuestro suelo pélvico.
¿Qué ocurre con el sistema anorrectal?
El estreñimiento es la disfunción más común, debilita nuestro suelo pélvico y, al contrario, la debilidad de nuestro suelo pélvico provoca estreñimiento así que es a la vez causa y efecto. El esfuerzo continuado provoca presión y la presión, como ya sabemos, es muy perjudicial para nuestro periné y la posición de nuestros órganos.
El suelo pélvico debe ayudar en el proceso de defecar, si está fuerte realiza su función, si está débil dificulta la tarea y se produce el estreñimiento, se tienen ganas pero no se puede expulsar, no se tienen fuerzas y, si existe esa sensación es porque existe un estreñimiento típico causado por un periné debilitado.
Además del estreñimiento, otra disfunción que se puede dar es la incontinencia fecal y también la incontinencia de gases.
Esfera ginecológica y sexual
Nuestra vagina es la parte más sensible, más delicada, más íntima y más maltratada de nuestro suelo pélvico. ¿Por qué? Porque le pueden caer prolapsos, puede tener cicatrices de episiotomías, puede tener cambios hormonales y fisiológicos que le provoquen atrofia y dolor en las relaciones sexuales. Así que debemos escuchar a nuestra vagina, contactar con ella y estar atentas a cualquier señal que nos dé.
Atentas a los síntomas
Por lo tanto, tenemos que desterrar el mito de que disfunción del suelo pélvico es la pérdida involuntaria de orina en la mujer. Debemos quedarnos con la idea de que hay más esferas: está la parte urinaria pero también la relativa a las heces y, por supuesto, la ginecológica y la sexual. Así que si tenemos cualquier clase de disfunción en estas esferas tenemos un problema de suelo pélvico, atentas a los siguientes síntomas:
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Incontinencia urinaria.
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Incontinencia anal.
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Prolapso.
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Urgencia miccional.
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Estreñimiento.
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Fisura anal.
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Dolor pélvico.
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Dolor en las relaciones sexuales.
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Vaginismo.
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Disminución de la sensibilidad.
Si sospechas que tienes algún problema de suelo pélvico, no dudes en pedir ayuda, tu profesional ginecológico te asesorará y te ayudará a elegir el tratamiento más adecuado para tu caso. Si quieres información acerca de los tratamientos más innovadores y tecnológicos para tu suelo pélvico, piensa en BeNuren, además de los métodos tradicionales, podemos aportarte tratamientos con Láser de Diodo y BeNuren Vaginal Training.
No te olvides, no te dejes para lo último, cuidarte es importante porque todo un mundo descansa sobre tu suelo pélvico.