Vaginismo: qué es, causas y cómo superarlo
El vaginismo es un problema femenino común que impide a la mujer experimentar la penetración vaginal placentera sin dolor. Puede ser una situación muy difícil de superar, pero hay muchos tratamientos que pueden ayudar.
En esta entrada del blog, explicaremos qué es el vaginismo y cómo superarlo.
También te daremos algunos consejos sobre cómo hablar con tu médico si crees que puedes tener esta condición.
¿Qué es el vaginismo?
El vaginismo es una afección frecuente en mujeres que puede manifestarse de muchas formas diferentes, desde leves hasta graves que se caracteriza por un fuerte dolor y ansiedad asociados a la penetración y/o a la actividad sexual.
Por lo general, la afección se desarrolla repentinamente y sin previo aviso y puede ser difícil de diagnosticar sin consultar a un ginecólogo u otro especialista.
Si no se trata, puede provocar experiencias sexuales dolorosas y frustrantes para las mujeres que lo padecen.
Causas del vaginismo:
Se desconoce la causa exacta del vaginismo, pero se cree que está relacionado con problemas psicológicos subyacentes como la ansiedad, la depresión y el miedo y también a factores físicos o una combinación de ambos.
Lo que sí se sabe es que afecta a mujeres de todas las edades.
Con independencia de la causa, el vaginismo es una experiencia que afecta al bienestar emocional de las mujeres y de sus parejas.
Razones psicológicas.
Suelen ser los más frecuentes y entre los más importantes como el desconocimiento del propio cuerpo o de la pareja, poca educación sexual, temor a perder la virginidad, traumas de la infancia que no todos tienen que estar relacionados con la sexualidad.
Razones fisiológicas.
Estas son menos comunes que las anteriores, estas causas se deben tener en cuenta como por ejemplo: el himen rígido, aborto o parto traumático, mala cicatrización de la episiotomía, infecciones vaginales, entre otros.
La mayoría de los casos se atribuyen a factores psicológicos. Esto significa que muchas mujeres con vaginismo no se dan cuenta de que lo padecen hasta que se activa el disparador psicológico que provoca la contracción involuntaria de los músculos de su vagina reduciendo la abertura vaginal.
Otras causas del vaginismo pueden ser las relaciones sexuales dolorosas previas, los traumas sexuales del pasado y las infecciones.
Con independencia de la causa, el vaginismo no suele diagnosticarse y tratarse.
Por ello, muchas mujeres siguen teniendo problemas y se sienten frustradas por esta afección.
Signos y síntomas del vaginismo
Los síntomas suelen comenzar en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.
La afección suele detectarse durante un examen ginecológico rutinario, cuando la mujer es incapaz de completar el examen o las prácticas de penetración son dolorosas.
Normalmente, el dolor se centra en la zona cercana a la entrada de la vagina, pero también puede producirse alrededor del ano o en las nalgas.
El vaginismo es una afección caracterizada por la incapacidad de mantener relaciones sexuales o realizar una penetración vaginal sin causar dolor.
Ocasionalmente, puede haber dolor durante o después de la penetración.
El vaginismo es una enfermedad caracterizada por espasmos dolorosos de los músculos vaginales.
Tratamiento del vaginismo
En general, el tratamiento se dirige a ayudar a la paciente a superar su malestar y ansiedad mediante terapia y/o medicación. Esto es así porque en la mayoría de los casos resulta casi imposible diagnosticar una causa directa.
Por este motivo suele tratarse con una combinación de asesoramiento psicológico, terapia sexual funcional y medicación.
El enfoque terapéutico exacto final dependerá de la causa del trastorno y de las necesidades y preferencias de cada paciente. Algunas mujeres pueden responder bien a las técnicas de arranque-parada o a los dilatadores vaginales, que atenúan el dolor y ayudan a relajar los músculos.
Mientras que a otras les resulta más beneficioso las terapias sexuales o terapias hormonales.
En casos en los que el vaginismo está provocado por atrofia vaginal debida a la menopausia o a problemas tras el parto es muy recomendable someterse a un rejuvenecimiento vaginal con láser y mesoterapia vaginal.
Sea cual sea el tratamiento elegido, es importante recordar que el vaginismo no es una afección permanente y que la mayoría de las personas pueden recuperar el control de su vagina con el tratamiento y el apoyo adecuados.
Tipos de vaginismo
Existen diferentes tipos de vaginismo que pueden clasificarse como parciales o totales dependiendo del cierre de la apertura de la vagina a los vaginismos primario y secundario.
En cualquier caso, en todos ellos como resultado la mujer experimenta espasmos vaginales dolorosos involuntarios.
Veamos con mayor detalle cada uno de ellos:
Vaginismo primario
Esta afección suele darse en mujeres que nunca han mantenido relaciones sexuales con penetración y en estos casos el espasmo vaginal involuntario viene motivado por el miedo al dolor descatandose problemas fisicos relacionados.
Vaginismo secundario
Cuando las contracciones vaginales involuntarias las experimentan mujeres que ya han tenido relaciones sexuales con penetración al dolor experimentado durante la penetracion se le conoce como vaginismo secundario.
En este caso los espasmos involuntarios no obedecen a un miedo excesivo sino que suelen estar motivados por una causa física como efectos secundarios de ciertos medicamentos o tratamientos así como otras condiciones de salud o incluso varios meses después del parto.
En Conclusión
A pesar de su prevalencia y complejidad, el vaginismo sigue siendo un obstáculo para una vida sexual plena de muchas mujeres.
Ya sea por el miedo al dolor o a la penetración, o simplemente por la incapacidad de relajarse y participar en una actividad placentera, esta afección afecta a muchas mujeres de diferentes maneras.
Sin embargo, es importante señalar que, con tratamiento (ya sea con medicamentos o terapia cognitiva) y el apoyo de los seres queridos muchas pacientes logran superar sus problemas y experimentar una mayor satisfacción sexual.
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Preguntas frecuentes
¿Cómo se diagnóstica el vaginismo?
El vaginismo puede ser difícil de diagnosticar, ya que puede tener muchas causas diferentes. Algunos de los factores que pueden contribuir al vaginismo son el desarrollo desigual de la pelvis, la presencia de materia fecal en la vagina, los trastornos del tracto urinario y los efectos secundarios de los medicamentos. Si crees que puedes tener vaginismo, es importante que hables con tu médico sobre tus síntomas y sensaciones. El médico podrá ayudarle a diagnosticar y tratar su enfermedad.
¿Cómo se soluciona el vaginismo?
Los médicos utilizan diferentes tratamientos para ayudar a las mujeres a superar el vaginismo. Algunas de las soluciones más comunes van desde los relajantes musculares o anestesia para ayudar a relajar los músculos vaginales y facilitar la penetración. Otras opciones pasan por recomendar terapia sexual o técnicas de biorretroalimentación que ayudan a las pacientes a aprender a relajarse y a disfrutar de su vida sexual sin dolor. Independientemente del enfoque, el tratamiento eficaz del vaginismo suele requerir paciencia, apoyo continuo y un compromiso para superar los retos de esta afección.
¿Cuándo aparece el vaginismo?
Aunque el momento exacto y la prevalencia del vaginismo son difíciles de predecir, es probable que la afección aparezca de una forma u otra durante la vida de la mayoría de las mujeres. Por término medio, algunos investigadores creen que el vaginismo suele desarrollarse entre los 8 y los 12 años de edad, aunque puede haber variaciones en el momento según el entorno de la persona y otros factores. Las circunstancias exactas que provocan el vaginismo también pueden variar de una persona a otra. Algunas personas pueden ser más propensas a padecerlo debido a ciertos desencadenantes o tensiones emocionales, mientras que otras pueden ser simplemente más propensas a padecerlo por razones desconocidas o por dificultades relacionadas con el parto como una episiotomía.
¿Cuánto tiempo dura el vaginismo?
El vaginismo puede durar meses o años. Incluso si no se trata, puede convertirse en una afección crónica o de larga duración que interfiere en las relaciones íntimas