La incontinencia urinaria femenina es un problema común que llega afectar casi al 25% de las mujeres en España. El problema de esta afección es que se suele vivir, por parte de las pacientes, con vergüenza, miedo y desamparo. Muchas mujeres no llegan a pedir ayuda profesional por estos motivos a pesar de existir soluciones eficaces para su corrección o alivio.
En esta entrada hablaremos de las causas y soluciones a tu disposición para hacerle frente para que puedas recuperar tu ritmo de vida habitual.
¿Qué es la incontinencia urinaria en mujeres?
La incontinencia urinaria es la pérdida de control de la vejiga o la incapacidad de controlar la micción. Es una afección común que afecta a más mujeres que a hombres y su intensidad puede variar desde molestias leves hasta un trastorno que afecta en gran medida a la vida diaria de las personas al provocar la pérdida de una gran cantidad de orina.
Por fortuna, en la mayoría de casos existen soluciones eficaces.
Hay que señalar que las mujeres jóvenes la sufren menos y que es normal que su prevalencia aumente con la edad.
Principales causas de la incontinencia urinaria femenina
La incontinencia urinaria femenina suele estar provocada por problemas en los músculos y nervios que ayudan a la vejiga a retener o expulsar la orina.
Existen ciertos eventos en la vida de una mujer como son el embarazo, el parto o la menopausia que la desencadenan.
Es por esta razón que se estima afecta a tres mujeres por cada dos hombres.
Por otro lado también influye el hecho de que la uretra de la mujer es más corta que en los hombres por lo que cualquier debilidad muscular o pequeño daño en los nervios suele causar incontinencia con mayor facilidad .
A estas condiciones de la mujer se unen también otras causas como:
- Obesidad. El sobrepeso ejerce presión sobre la vejiga, lo que puede debilitar los músculos con el tiempo. Una vejiga débil no puede retener tanta orina.
- Estreñimiento. Las personas con estreñimiento crónico pueden tener problemas de control de la vejiga por culpa del sobreesfuerzo de los músculos para defecar.
- Daños en los nervios: algunos problemas de salud relacionados con la diabetes, la esclerosis múltiple o el parto pueden causar daños en los nervios que controlan la uretra, la vejiga o los músculos del suelo pélvico enviando señales de contraer o abrir la vejiga en el momento equivocado o no hacerlo.
- Cirugía. Cualquier intervención quirúrgica que afecte a los órganos reproductores de la mujer puede dañar los músculos del suelo pélvico que los sostienen. Si los músculos quedan dañados, los músculos de la vejiga de la mujer pueden no funcionar como deberían. Algo que suele provocar incontinencia urinaria.
Otros motivos que pueden causar incontinencia urinaria son:
- Algunos medicamentos tomados bajo prescripción pueden tener como efecto secundario las pérdidas de orina como ocurre con los diuréticos o «píldoras de agua» (utilizadas para tratar la insuficiencia cardíaca, la cirrosis hepática, la hipertensión y ciertas enfermedades renales) que ayudan a evitar la retención de líquidos.
- La cafeína o las bebidas con cafeína pueden hacer que la vejiga se llene rápidamente. Los estudios sugieren que las mujeres que toman más de dos tazas de bebidas con cafeína al día pueden tener más posibilidades de acabar sufriendo problemas de incontinencia. Limitar el consumo de café ayuda a evitar las pérdidas de orina porque hay menos presión en la vejiga.
- Infecciones. Las infecciones del tracto urinario y de la vejiga pueden provocar incontinencia durante un breve periodo de tiempo. El control de la vejiga suele recuperarse cuando la infección desaparece.
Síntomas de la incontinencia femenina
El síntoma más habitual es la pérdida de orina, que puede producirse al toser, estornudar o reír. Otros síntomas pueden ser la necesidad de orinar con frecuencia o urgencia y la dificultad para retener la orina.
En cualquier caso es importante aclarar que la incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí misma sino más bien el síntoma de otro problema de salud asociado de forma habitual con la debilidad de los músculos del suelo pélvico o sencillamente por el aumento de la presión sobre la vejiga. Como puede suceder en el embarazo o por la aparición de un tumor.
Otros síntomas urinarios asociados a la incontinencia en algunas mujeres son:
- Presión o espasmos en la zona pélvica que provocan una fuerte necesidad de orinar
- Necesidad de ir al baño más de lo habitual, al menos más de ocho veces al día y dos veces o más durante la noche.
- Orinar mientras se duerme
¿Qué tipos de incontinencia urinaria afecta más a las mujeres?
Existen cuatro tipos principales de incontinencia urinaria en las mujeres: incontinencia de esfuerzo, incontinencia de urgencia, incontinencia por rebosamiento e incontinencia mixta. La incontinencia de esfuerzo y de urgencia son el tipo más común de incontinencia urinaria en las mujeres.
Veamos a fondo cada una de ellas:
Incontinencia de esfuerzo
La incontinencia de esfuerzo se produce cuando los músculos del suelo pélvico no pueden sostener el peso de la vejiga aumentando la presión sobre esta. Lo que causa que ésta se vacíe involuntariamente. Los factores que aumentan el riesgo de incontinencia de esfuerzo son la edad, el parto vaginal, la obesidad y las enfermedades del suelo pélvico. Es el tipo de incontinencia más común y la que más se da entre las mujeres jóvenes. En estos casos, acciones habituales como toser, estornudar o reír, pueden provocar pérdida involuntaria de orina. Los movimientos repentinos y la actividad física también pueden provocar pérdidas de orina.
Incontinencia urinaria de urgencia
En los casos de incontinencia de urgencia la paciente suele experimentar una necesidad repentina e imperiosa de orinar, sin poder controlarlo. A menudo, esto se debe a un problema con el músculo que se encarga de cerrar la uretra (el tubo que lleva la orina desde la vejiga al exterior). Muchas veces la paciente no es capaz de llegar al baño a tiempo. Suele conocerse también como vejiga hiperactiva dado que la incontinencia de urgencia puede hacer sentir la necesidad de ir al baño más de ocho veces al día. Suele ser más frecuente en mujeres mayores.
Incontinencia urinaria mixta
Sucede cuando se combinan la incontinencia urinaria de esfuerzo e incontinencia urinaria por urgencia. Por este motivo se denomina incontinencia «mixta».
Incontinencia por rebosamiento
La incontinencia por rebosamiento se produce cuando la vejiga está llena y no puede vaciar toda la orina. Esto puede ocurrir debido a una obstrucción de la uretra que dificulta el paso de la orina o por la falta de actividad del músculo vesical que impide apretar la vejiga y vaciarla del todo. La relajación de este músculo puede deberse a una enfermedad neurológica, lesión o efectos secundarios de algún medicamento. La incontinencia por rebosamiento es la más grave por lo que recomendamos hablar con tu médico para obtener el tratamiento adecuado.
La incontinencia funcional
Esta tiene lugar sobre todo en personas de edad avanzada cuando aparece alguna incapacidad mental o física que impide al paciente acudir al baño a tiempo. Como ocurre en el caso de los enfermos de Alzheimer o personas con artritis que no pueden desabrocharse a tiempo los pantalones
Tratamiento para la incontinencia urinaria en mujeres
Tratar la incontinencia urinaria en las mujeres puede adoptar muchas formas dependiendo de la causa final. Por este motivo tu médico o ginecólogo deberá trabajar, en función del diagnóstico, en establecer un plan de tratamiento junto a ti. Este plan puede combinar una serie de medidas y ejercicios en casa junto a otros tratamientos específicos si los síntomas no mejoran. Todo esto dependiendo del tipo de incontinencia diagnosticada.
Es importante recalcar que los distintos tratamientos pueden tardar en funcionar.
Veamos las diferentes opciones de tratamiento de la incontinencia urinaria que pueden ayudar a mejorar la situación, según el tipo de incontinencia diagnosticada:
Tratamiento de la incontinencia de orina de esfuerzo
Existen varios tratamientos para la incontinencia urinaria de esfuerzo:
Los tratamientos tipo conductuales: son los más sencillos, se pueden realizar en casa y combinar con otros. No tienen efectos secundarios dado que se enfocan en cambiar determinados hábitos como evitar alimentos y bebidas que puedan irritar la vejiga, reducir la ingesta de líquidos antes de las actividades o adquirir nuevos hábitos como practicar ejercicios para los músculos del suelo pélvico. Entre los más recomendados tenemos:
- Ejercicios kegels: son ejercicios específicos para trabajar la zona pélvica y fortalecer los músculos que sostienen los órganos sexuales y el recto. Estos músculos ayudan a suprimir las ganas de orinar, contrayéndose o relajándose bajo tus órdenes para controlar la apertura y el cierre de la vejiga. Para conseguir resultados es necesario comprometerse y hacer ejercicios con regularidad. La técnica correcta también es muy importante.
- Empleo de Biofeedbacks: como nuestro vaginal training que sirven para aprender a localizar los músculos del suelo pélvico destinados al control de la vejiga y que mediante imágenes, gráficos y tonos audibles por un ordenador se le muestra a la paciente como ejercitar sus músculos de la forma correcta. Al mismo tiempo el terapeuta puede medir la fuerza muscular realizada por la paciente con un programa.
- The knack (detrusor): Aprender a utilizar los músculos pélvicos para cerrar la uretra justo en el momento adecuado para retener la micción es una habilidad como el aprendizaje de cualquier otra actividad muscular nueva. Al principio puede resultar difícil, pero con la práctica muchos pueden aprender a permanecer secos
Inserciones vaginales y pesarios: se utilizan con frecuencia para tratar los problemas de soporte de la vejiga y la pelvis. Estos dispositivos se colocan en la vagina ayudando a soportar el útero, la vejiga, la uretra y el recto cuando la musculatura no es capaz de hacerlo. Existen varios tipos, y las plantillas se adaptan a la anatomía de cada paciente que se utiliza durante todo el día. Este dispositivo se usa en mujeres con prolapso vaginal, ayudando a sostener la uretra para evitar pérdidas de orina
Estimulación eléctrica: cuando los músculos pélvicos están demasiado débiles o inactivos se puede estimular su contracción con una corriente eléctrica de baja intensidad. Este tratamiento consiste en emplear un estimulador del tamaño de un tampón por la vagina que aplica una corriente eléctrica hasta el nivel que la paciente se encuentre confortable. Existen aparatos de uso doméstico que pueden emplearse en la comodidad del hogar.
Cirugía: se emplea en las pacientes más graves y cuando el resto de tratamientos no ha dado el resultado esperado.
Al margen de estos tratamientos también pueden recetarse medicamentos para tratar la IUE, pero no siempre son eficaces.
Tratamiento de la incontinencia de orina de urgencia
Al igual que en la incontinencia por esfuerzo los tratamientos conductuales están disponibles y pueden combinarse con otros específicos para la incontinencia de urgencia como:
Medicamentos: en los casos de incontinencia por urgencia son bastante efectivos aunque no sirven para curarla. Lo que sí consiguen es relajar la vejiga y con ello eliminar los problemas de control. Pueden utilizarse con el tratamiento conductual o solos.
Estimulación percutánea del nervio tibial (PTNS): consiste en la aplicación de acupuntura en el nervio tibial a la que se conecta un dispositivo eléctrico manual que permite enviar pequeños estímulos eléctricos al nervio. Las sesiones de PTNS son indoloras, duran 30 minutos y se repiten semanalmente durante 12 semanas. Todas las sesiones tienen lugar en una consulta médica.
Inyecciones de Botox en la vejiga: Estas se emplean con los pacientes que no responden ni a las terapias conductuales, ni a los medicamentos, ni otras terapias probadas. El procedimiento funciona pinchando la toxina botulínica A para paralizar el músculo de la vejiga lo que ayuda a disminuir las contracciones no deseadas de la misma. A menudo es necesario repetir el procedimiento porque por norma general los efectos se diluyen alcanzados los 12 meses.
Alternativas de tratamientos para la incontinencia urinaria en mujeres
En determinadas circunstancias el laser vaginal es un tratamiento válido para controlar la incontinencia urinaria por estrés. De hecho, recientes estudios avalan el uso del láser de CO2 fraccionado, así como del láser de Erbium YAG, al ofrecer un mejor tratamiento para las mujeres que sufren incontinencia urinaria de esfuerzo.
La terapia láser induce a la regeneración del colágeno y por tanto consigue el engrosamiento y fortalecimiento de la pared vaginal anterior lo que tiene como efecto crear un soporte más consistente para la vejiga, uretra y por tanto mejorar los síntomas de mujeres con incontinencia.
Además facilita la recuperación del tono muscular lo que reduce el tiempo para fortalecer la musculatura mediante kegels.
En Conclusión: Qué hago si sufro de incontinencia urinaria
Si sufres incontinencia urinaria no dudes en acudir a tu médico de cabecera para que te haga una exploración, pruebas, todo lo necesario para saber de qué tipo es y cómo eliminar las pérdidas. Además, si lo prefieres, acude a uno de los especialistas que tiene Benuren y así proponerte una solución con nuestro láser vaginal.
Preguntas Frecuentes sobre incontinencia urinaria en mujeres
¿Cómo se cura la incontinencia urinaria en las mujeres?
La incontinencia urinaria en las mujeres se cura con diversos métodos, dependiendo de la gravedad y la causa de la incontinencia. En los casos leves de incontinencia por esfuerzo los ejercicios de Kegel pueden ser suficientes para eliminar las pérdidas de orina. Si la incontinencia es más grave, pueden ser necesarios medicamentos o cirugía. En los casos graves, la mujer puede tener que utilizar un catéter urinario o llevar almohadillas absorbentes para controlar su incontinencia.
¿Qué provoca la incontinencia urinaria en mujeres?
La incontinencia urinaria es un problema médico que se produce cuando la persona no puede controlar su vejiga. Esto puede ocurrir en momentos inesperados o durante el ejercicio. A menudo, la incontinencia urinaria es un síntoma de otro problema médico, como la vejiga hiperactiva o el prolapso de la vejiga. Las mujeres son más propensas a la incontinencia urinaria que los hombres. Esto se debe a que el embarazo, el parto y otros factores pueden debilitar los músculos del suelo pélvico, que ayudan a controlar la vejiga. La menopausia también puede aumentar el riesgo de incontinencia urinaria debido a cambios en los niveles hormonales.
¿Qué puedo hacer para que no se me salga la orina?
Algunas de las recomendaciones generales para evitar los escapes de orina en mujeres incluyen: evitar las bebidas excitantes como el café, realizar ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico, reducir el consumo de alcohol, tabaco, alimentos picantes, llevar una dieta equilibrada que favorezca la desaparición del sobrepeso, orinar de manera regular sin que pasen demasiadas horas entre una micción y la siguiente. Otro método es realizar un tratamiento láser de fácil aplicación y totalmente ambulatorio.
Que es bueno para la incontinencia urinaria en mujeres
Por fortuna, existen algunas opciones que pueden ayudar a mejorar este problema. Aquí te dejamos algunas de las mejores:
- Consumir fibra. La fibra ayuda a mejorar el tono muscular del suelo pélvico, lo que puede reducir la incontinencia urinaria. Se recomienda consumir 25-30 gramos de fibra por día. Las buenas fuentes de fibra incluyen frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
- Beber líquido. Es importante mantenerse hidratado para evitar la irritación de las vías urinarias. Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua al día.
- Hacer ejercicios de Kegel regularmente. Este ejercicio fortalece los músculos del suelo pélvico y puede ayudar a prevenir o mejorar la incontinencia urinaria. Asegúrese de hacer ejercicios de kegel diariamente para obtener los mejores resultados.
- Limitar el consumo de café, alcohol y tabaco. Estos productos pueden irritar las vías urinarias y empeorar los síntomas de la incontinencia urinaria. Si consume estos productos, trate de limitarlos o eliminarlos completamente si es posible.
- Mantener un peso saludable. El exceso de masa corporal es un factor de riesgo.