Hiperlaxitud vaginal o síndrome de relajación vaginal: ¿Qué es?
La hiperlaxitud vaginal es una condición médica que se produce cuando la vagina de una mujer se alarga de forma anormal. En algunos casos, puede provocar otros problemas de salud, como infecciones o irritaciones.
Pero, ¿Qué es la hiperlaxitud vaginal? ¿Y qué se puede hacer para aliviar los síntomas?
En esta entrada hacemos un breve resumen de esta afección y sus posibles soluciones.
¿Qué es el síndrome de hiperlaxitud vaginal?
La hiperlaxitud vaginal es una condición en la que la vagina se vuelve excesivamente laxa, a menudo debido al parto. Los músculos pierden el tono y a su vez se relajan y pierden fuerza en el diámetro interno y externo de la vagina. Esto puede provocar una disminución de la sensibilidad durante las relaciones sexuales, así como incontinencia urinaria y pérdida de sensibilidad en las zonas externas de la vagina.
En algunos casos, las paredes vaginales pueden estirarse tanto que las zonas externas de la vagina quedan expuestas durante el coito.
Síntomas frecuentes de laxitud vaginal
Uno de los síntomas es que tras la sensación de vagina más grande por ello las paredes son más anchas y no tienen fuerza. Durante las relaciones sexuales hay pérdida de sensibilidad, se producen ventosidades vaginales y a causa de esto puede afectar a la mujer a nivel personal y físico.
Causas de la hiperlaxitud vaginal
Las paredes de la vagina están formadas por diferentes capas de colágeno que la mantienen firme y en óptimas condiciones.
Los partos vaginales, la menopausia que favorece la sequedad y atrofia vaginal, el exceso de peso y los deportes de alto impacto pueden provocar que las fibras de colágeno pierdan elasticidad y firmeza haciendo que las paredes de la vagina se abran o amplíen al debilitarse la musculatura.
De ahí que muchas mujeres experimentan síntomas como la sequedad, irritación, incontinencia urinaria o incluso tengas la sensación de que la vagina se dilata mucho o la sientas floja.
La hiperlaxitud vaginal implica que tus músculos del suelo pélvico están debilitados y que los síntomas experimentados son reversibles cuando recuperamos la tensión en los músculos del suelo pélvico.
Tratamientos de la hiperlaxitud vaginal
Existen diferentes vías de actuación o tratamientos para la hiperlaxitud vaginal. Todos ellos en mayor medida procuran recuperar el tono muscular de las paredes vaginales con mayor o menor éxito.
Los métodos más populares son:
- Inyecciones de colágeno: Uno de los tratamientos consiste en inyectar colágeno en la membrana mucosa, lo que ayudará a engrosar y fortalecer el tono en las paredes vaginales.
- Láser ginecológico o láser de co2: es uno de los tratamientos más eficaces y consiste en utilizar un láser para suministrar energía al tejido vaginal, lo que estimulará la producción de nuevo colágeno y ayudará a tensar las paredes vaginales. Todo ello de forma indolora al ser una técnica no invasiva.
- Mesoterapia vaginal: este tratamiento consiste en aplicar una serie de masajes combinados con estimulación eléctrica para recuperar el tono muscular en las paredes que rodean la vagina y conseguir cerrar la abertura del introito.
- Ejercicios kegel para tonificar: se basa en una serie de ejercicios para recuperar el tono y fuerza de los músculos de la pelvis.
Algunos de estos tratamientos pueden emplearse de forma conjunta y logran en la mayoría de los casos evitar pasar por quirófano si el grado de hiperlaxitud vaginal no es elevado.
Cómo prevenir la hiperlaxitud vaginal
Uno de los consejos que dan los médicos es fortalecer los músculos del suelo pélvico mediante ejercicios como los Kegel. Estos ejercicios pueden realizarse en cualquier lugar y no requieren ningún equipo especial. Es importante empezar a hacerlos pronto, antes de que los músculos tengan la oportunidad de debilitarse demasiado.
Otro punto en el que coinciden los especialistas para evitar empeorar la laxitud de la vagina es impedir la tensión innecesaria en los músculos del suelo pélvico. Esto significa evitar actividades que ejerzan una presión sobre la zona, como levantar objetos pesados, toser en exceso o el estreñimiento. Si estás embarazada o has dado a luz recientemente, asegúrate de seguir los consejos de tu médico sobre la cantidad de actividad o ejercicio que es segura para ti.
Por último, intenta mantener un peso saludable. El sobrepeso supone un esfuerzo adicional para todos los músculos, incluidos los de la pelvis. Si mantienes tu peso bajo control, ayudarás a reducir el riesgo de desarrollar hiperlaxitud vaginal.
Además en algunos casos emplear un tratamiento con láser para rejuvenecer la zona vaginal ayuda a prevenirlo al favorecer el tono en la vagina y evitar la pérdida de tensión
En conclusión: Existe una solución eficaz para el síndrome de relajación vaginal
Si crees que sufres el síndrome de relajación vaginal debes saber que existe una solución eficaz: el tratamiento con láser.
Este procedimiento mínimamente invasivo permite estimular la producción de colágeno en la pared vaginal y recuperar el tono tras la menopausia, embarazos y partos.
El resultado es un endurecimiento de la vagina, una mejora del tono muscular vaginal y la disminución de las sensaciones de vagina ancha al eliminar por completo la distensión
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Preguntas frecuentes
¿Cómo se cura la hiperlaxitud vaginal?
El síndrome de hiperlaxitud vaginal es una condición en la que los tejidos vaginales están excesivamente relajados y han perdido su elasticidad. Puede estar causada por el parto, el envejecimiento o las hormonas. También puede ser congénita (presente al nacer). El tratamiento de la hiperlaxitud vaginal puede incluir ejercicios del suelo pélvico, conos vaginales, láser vaginal o cirugía. La cirugía suele recomendarse sólo si han fracasado otros tratamientos.
¿Cómo saber si tengo hiperlaxitud vaginal?
Hay algunas formas de saber si tienes hiperlaxitud vaginal. Una de ellas es pedir a tu médico que te haga un examen pélvico. El médico podrá detectar si tus paredes vaginales están demasiado relajadas. Otra forma de saberlo es si tienes problemas para retener los tampones o las compresas, o si pierdes orina al toser o estornudar. También puede notar que su vagina está más suelta de lo habitual.