Aunque la palabra rectocele no es de uso común y muchas personas no la han escuchado nunca, hay muchas mujeres que lo padecen. Sin embargo, al igual que sucedió con el famoso “suelo pélvico”, el hecho de que cada vez se habla más públicamente de ciertos problemas íntimos femeninos, estos términos saltan a la palestra para que las mujeres que padecen patologías como esta que citamos, puedan encontrar información sobre ella y, ante todo, posibles soluciones.
Vamos a descubrir las causas que lo producen y los diversos grados en los que se puede presentar. Además, explicaremos lo más claramente posible todo lo que puede serte de interés sobre esta afección.
¿Qué es un rectocele?
Médicamente se define como un abultamiento, por su caída, que se produce de una parte de la pared del recto que está al lado de la vagina. En muchas ocasiones pasa desapercibido porque no causa síntomas, pero es un problema bastante común.
Aunque hay otros órganos que pueden salirse hacia la vagina desde la zona pélvica, como la vejiga y el intestino, que producen síntomas parecidos.
Las causas por las que puede producirse un rectocele son diversas, y vamos a enunciarlas para que sepas si tienes algún riesgo de padecerlo:
– Los partos vaginales son una de las más importantes.
– Aumentan las posibilidades si se usó fórceps durante el parto.
– La episiotomía o corte que se realiza justo antes del parto.
– El estreñimiento crónico.
– Realizar fuerza excesiva en las evacuaciones intestinales.
– Cirugías vaginales o rectales.
Los grados del rectocele
Hay diferentes grados del rectocele según su gravedad y, dependiendo de esta, se tratan de manera diferente.
– El grado leve es un descenso muy ligero hacia el interior de tu vagina, también se llama de grado I. Este tipo se trata con ejercicios del suelo pélvico, así como evitando el sobrepeso y el estreñimiento.
– El grado moderado, es un abultamiento que llega hasta la entrada de la vagina y se le denomina también de grado II. Este caso debe tratarse como el grado leve para evitar que vaya a más por los esfuerzos, por tanto, reforzar la musculatura del suelo pélvico es la opción de tratamiento.
– El grado III, el descenso del recto traspasa la vagina hacia el exterior de esta y la mujer nota un bulto, por ejemplo, al caminar o al realizar cualquier esfuerzo.
– El grado total o IV el recto sale completamente al exterior, aunque la mujer esté en reposo. Es obviamente el caso más alarmante, ya que ese desprendimiento es visible desde la vagina.
Los síntomas más habituales
Como te hemos comentado, la mayoría de mujeres no tienen síntomas, pero cuando hay un bulto que sobresale, entonces sí se perciben estos síntomas:
– En el recto, se siente dificultad para evacuar las heces porque quedan atrapadas en la protuberancia y se necesita presionar la pared vaginal para que salgan por completo. Además, se suelen sentir bastantes movimientos intestinales a lo largo del día. Se puede tener dolor rectal y estreñimiento.
– Los síntomas en la vagina son, dolor durante las relaciones sexuales, sangrado por la vagina y sensación de que se tiene algo en su interior.
Algunos consejos útiles para sentirte mejor
– Toma una dieta rica en fibra y suplementos de fibra para evitar el estreñimiento. Si lo necesitas, utiliza productos ablandadores de heces.
– Bebe mucha agua, alrededor de 6 vasos al día.
– Evita hacer demasiado esfuerzo durante las evacuaciones intestinales.
– Aplica presión en la parte posterior de tu vagina durante los movimientos de evacuación intestinal.
– Haz a diario los ejercicios de refuerzo de suelo pélvico de Kegel.
– A veces mejoran los síntomas con terapia de reemplazamiento de hormonas.
De igual manera, siempre que tengas cualquier duda sobre tu salud o que sientas que puedes padecer alguna patología íntima, debes consultar con un profesional. Tu ginecólogo te ayudará a determinar si lo padeces y cuál es su grado, y a través de ello, podrán aplicar alguno de los tratamientos disponibles en Benuren, donde somos especialistas en soluciones integrales para problemas íntimos femeninos.
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