Ya te hemos hablado en diversas ocasiones de la importancia del suelo pélvico en nuestra salud y bienestar. Este conjunto de músculos tiene cuatro importantes funciones: la función de sostén de órganos (para evitar el prolapso, la función de continencia urinaria, la función reproductiva y la función sexual. Pero no solo interviene en cuestiones meramente físicas, sino que un laxamiento del suelo pélvico también puede afectarnos emocional y socialmente.
Fortalecer el suelo pélvico y devolverlo al estado en el que se encontraba en el pasado puede ayudarnos a recuperar nuestra salud íntima. Los conocidos ejercicios de Kegel son la primera terapia que los especialistas suelen recomendar, ya que son los más sencillos de realizar. A continuación te mostramos los pasos que debes seguir para practicarlos:
Localiza e identifica los músculos de tu suelo pélvico. Es necesario asegurarte de que tienes perfectamente localizados estos músculos y de que los contraes correctamente y de manera aislada. Puedes identificarlos a través de dos trucos: simulando que cortas la orina cuando meas o que evitas que se te escapen gases.
Una vez localizados estos músculos, realiza una contracción. Cuando ejercitamos el suelo pélvico sentimos que nuestros músculos se tensan y que cierran y elevan hacia adentro y hacia arriba todas las aberturas del periné. Esto es, el ano, la uretra y la vagina.
Escoge la postura en la que contraer los músculos de tu suelo pélvico te resulte más sencillo. Puedes hacerlo de pie, sentada, tumbada (boca arriba, de lado o boca abajo) o incluso a cuatro patas.
Mantén la contracción durante cinco segundos y después relaja la musculatura durante otros cinco segundos, dejando que regresen a su posición inicial. Si te resulta muy difícil, comienza manteniendo la contracción durante dos segundos y relajando tres segundos.
Mientras realizas los ejercicios, especialmente cuando contraes los músculos, continúa respirando de manera natural. No aguantes el aire ni alteres tu patrón respiratorio habitual.
Continúa con los ejercicios hasta mantener las contracciones durante diez segundos cada vez.
Los ejercicios de Kegel pueden dar mejores resultados si te los enseña un especialista y si se refuerzan con electroestimulación. Esto implica el uso de dispositivos tecnológicos que te ayudan a realizar los ejercicios correctamente y que te garantizan que estás contrayendo adecuadamente los músculos durante la mayor cantidad posible de tiempo.
Una vez que hayas aprendido cómo realizar los ejercicios de Kegel adecuadamente y los hayas incorporado en tu rutina, podrás ejercitar tu suelo pélvico discretamente en cualquier momento, ya sea sentada en tu escritorio mientras trabajas o relajada en un sillón. Nuestro consejo es que intentes hacer, como mínimo, tres series de diez repeticiones por día.