Las mujeres pasan, a lo largo de su vida, por etapas que repercuten en su personalidad, experiencia y físico. Según avanza la edad, la seguridad en una misma se va desarrollando y también con ella la plenitud sexual. No en vano, diversos sexólogos consideran que ésta se alcanza alrededor de los 40 años de edad. Sin embargo, al igual que empiezan a aparecer marcas debidas a la edad en el físico, también se resienten las partes íntimas femeninas, siendo posible causar molestias e incluso inseguridades que, de no tratar debidamente, pueden generar problemas de índole sexual o de salud a los protagonistas. Y es que, nos preguntamos, ¿tiene edad la vagina? Y lo más importante, ¿conocemos qué alternativas y especialistas existen para combatir esos problemas?
La llegada de las redes sociales, las revistas de moda e incluso la televisión han ido influyendo en la idea estética que las mujeres adoptan para sí mismas, trasladándolas a sus vidas cotidianas. Y no sólo esto, si no que gracias a estos nuevos canales se ha dado voz a temáticas que interesan cada vez más a las mujeres, a problemas que afrontan en su día a día y que desarrollan según se desarrolla su sexualidad con los años. Desde la maternidad o la lactancia como algo cotidiano y cercano, hasta temáticas que siempre han sido tratadas como temas tabú o que se obviaban por vergüenza o falta de información, como la sexualidad femenina y los problemas vaginales, que han ido adquiriendo cada vez más protagonismo en diversos hilos de algunos de estos canales, donde es latente la preocupación (cada vez mayor) de que, con el paso de la edad (pero no por ello haber alcanzado la madurez adulta), la vagina puede sufrir cambios físicos y de apariencia que resienten la seguridad de la mujer y, por ello, sus propias relaciones sexuales.
La (no) edad de los problemas vaginales
La vagina, al igual que el resto del cuerpo, va experimentando cambios naturales que influyen en factores como el color, la vellosidad o el tamaño, que muchas veces se pueden ver alterados por trabas como tamaños inusuales en los labios, flacidez de las paredes vaginales o incontinencia urinaria (pérdidas de orina), problemas que no sólo van unidos a la edad madura o la llegada de la menopausia (que es la idea que se ha extendido), si no que se desarrollan de modo natural muchas veces debido al propio desarrollo físico o sexual de la mujer. Estos, que pueden generar problemas de salud, sexuales y de inseguridad, cada vez tienen más protagonismo gracias al propio desarrollo de tratamientos y técnicas que gozan de mejor aceptación y protagonismo en sociedad, como es el uso del láser para operaciones íntimas (ya sean por motivos de salud o estética), el ácido hialurónico para el aumento del punto G (sí, la mejora del placer en las relaciones sexuales también ha salido a la palestra y se trata) o ejercicios como el Vaginal Training para la mejora de la tonicidad en mujeres de cualquier edad.
En Ello somos expertos en BeNuren, pioneros en España en ofrecer soluciones íntimas a las mujeres que sufren cualquier dolencia íntima o que cuya apariencia vaginal les está ocasionando un problema, ya que nuestro objetivo prioritario es la satisfacción personal de la paciente mediante su tratamiento.
¿Y esto tiene solución?
Esta es una cuestión que puede plantearse cualquier mujer que padezca un complejo o problema íntimo de esta índole. De hecho, es cada vez más común que los propios ginecólogos sean quieren reciben las preocupaciones por parte de sus pacientes referentes a sus inseguridades o molestias vaginales.
Uno de los tratamientos estrella entre mujeres es el Vaginal Training, recomendado por especialistas para garantizar la mejora del suelo pélvico (que es la estructura muscular que sostiene órganos como la vejiga, el útero y el recto) y que pueden verse resentidos tras los partos o el propio paso del tiempo. Mediante este sistema novedoso, en el que se combinan 20 sesiones de vaginal training con ondas electromagnéticas (en el que un especialistas explica y asesora a la paciente sobre cómo realizarlo) con ejercicios tonificantes en casa, se conseguirá la mejora de estos y, como consecuencia, también se obtendrá una mejora en la calidad de las relaciones sexuales y en lo personal. Es, por tanto, un tratamiento sencillo que cualquier mujer puede practicar para cuidar de esta zona íntima, al igual que invierte tiempo en ir al gimnasio o caminar para sentirse mejor físicamente.
Vemos, por tanto, que no hay una edad definida para comenzar a cuidarse en todos los aspectos y que no es necesario llegar a la menopausia para consultar a especialistas sobre aquellas incógnitas que surgen en torno a la vida íntima y, por supuesto, para poner remedio a cualquier problema vaginal. ¿No creen?