En esta nueva etapa de mi vida, hago un repaso de todos mis amantes y me pregunto ¿Cuán satisfactorias han sido mis relaciones sexuales? Lo cierto es que con el paso de los años han ido en decadencia… No estaría mal que en cada primera cita se entregara un manual de “Cómo excitar a una mujer madura”, a modo de guía práctica.


 

Así que hoy doy un paso al frente y desvelo mis secretos, todo aquello que a cualquier amante le gustaría saber si realmente quiere tener una relación sexual de calidad con una mujer madura.

El juego de la seducción

Con 20 años eso de la seducción no sabía ni que era, con el “me gusta este chico o no me gusta” tenía suficiente. Sin embargo, ahora es diferente. Si un hombre sabe seducir tiene gran parte del camino hecho. Aunque es un arma de doble filo, una buena seducción deja el listón muy alto y no implica que el sexo sea bueno.

Nada más horrible que un “gañán charlatán, sobón y arrogante” de esos que se tira encima tuya o se cree el Rey del Mambo. Sin duda alguna, y creo que estarás de acuerdo conmigo, nada mejor que un hombre amable e inteligente, que sepa escuchar e identificar una buena conversación y que te saque una o varias risas. Importante, no estamos en una reunión del AMPA, dejemos el tema de la maternidad y las preocupaciones del día a día a un lado.

Esta parte para mi es muy importante, porque con los años nuestro físico cambia y ni nosotras somos la “capitana de las animadoras” ni ellos son el “quarterback” del equipo de fútbol de  la universidad. Seamos realistas, por mucho que nos cuidemos no somos los mismos y la seducción aísla esas pequeñas huellas de la edad y deja paso a otras habilidades sexuales que se han adquirido con la experiencia.

 

Nota mental: “Seduce con inteligencia” 

Y… ¿en la cama?

Si la seducción ha ido bien, ahora llega el momento clave: a por el Climax. En mi caso, tengo que reconocer que me siento segura y con control en el sexo, aunque haya tenido hijos, aprendí a entrenar mi vagina y recuperé la musculatura pélvica con Vaginal Training. Con decir que tengo un increíble control del Beso de Singapur…

Me ayudó mucho, me devolvió la autoestima y la seguridad para volver a reactivar mi vida sexual. Ahora mi vagina y yo volvemos a ser una.

  1. Preliminares y más preliminares 

Retomando el tema, ¿y en la cama qué? Pues no se tú, pero a mi encantan los juegos preliminares. Eso de ir directo al grano y rápido no es lo mio. A mi las cosas me gustan con calma, que cada momento sea realmente excitante, cada beso, cada caricia en las zonas erógenas y, no olvidemos, el sexo oral, que a ellos les gusta… pero… ¡a nosotras también!

  1. Fuera tabúes, ¡tenemos una edad! 

De jóven todo eran pregunta absurdas respecto al sexo, ahora que ya he tenido relaciones sexuales he aprendido mucho. Lo llamaremos “expertis sexual” y me encanta ponerlo en práctica. Todo ello para decir que los tabúes no caben en mi cama, el sexo es sexo y hay que disfrutarlo, sin miedos, sin historias raras… 

Vivimos en una etapa donde la mujer, ¡por fin!, se ha liberado, habla de sus sentimientos y experiencias abiertamente, de sus tendencias sexuales, de lo que le gusta y no le gusta. ¿Te imaginas hablando de un succionador vaginal hace 20 ó 30 años? ¿Recuerdas alguna vez contar que tienes un consolador para tus noches de soledad a tu grupo de amigos? Las mujeres de hoy en día están dispuestas a hablar de sexo, de sexualidad y de todo aquello que les ayude alcanzar placer y si un hombre se asombra por ello… ¡No te interesa!

En la cama hay que innovar, dar lo mejor de cada uno, sin tapujos ni tabúes. El sexo está para disfrutarlo.

  1. Hablar de sexo, por excitación y por comunicación 

Hablar de sexo es algo natural para mi, por que es uno de los grandes placeres de la vida, ¡las cosas claras! He llegado a un momento en el que no me apetece perder el tiempo con un amante que por falta de comunicación el encuentro es un desastre.

¡Hablemos de sexo chicas! Lo que nos gusta, lo que nos excita, lo que nos funciona, sin miedo. Un hombre que está abierto a escuchar y a complacernos sexualmente tiene mucho camino ganado. Además, que hablar de sexo siempre es excitante, porque dejas volar la imaginación, calientas el ambiente y cuando te das cuenta te estás quitando el sujetador. Hablando la confianza aumenta y cuando hay confianza es más fácil desinhibirse.  

La comunicación sexual es fundamental, tanto en parejas estables como encuentros fortuitos.

  1. ¿Juguetes sexuales? 

Este punto está muy ligado a la comunicación. Hay mujeres que los juguetes sexuales no van con ellas y otras que les encanta, ¿cómo descubrirlo? A través de la comunicación sexual.

Eso de aparecer con unas esposas y atarte a la cama a lo “50 Sombras de Gray”, es muy directo. Pero, si de antemano es un tema que se ha mencionado y hay aceptación… ¡Que se desaten las cadenas!

Los juguetes sexuales se han utilizado toda la vida, ahora las mujeres hablamos con más libertad acerca de ellos y no los escondemos en lo más profundo del cajón de la mesilla.

  1. No seas “neardental” 

Este punto está dedicado a esos hombres que piensan que las mujeres por ser maduras no lubricamos o necesitamos “ayuda” extra para mojar las braguitas. A ver… que somos mujeres modernas, que igual que nos trabajamos nuestros glúteos para tenerlos más duros que una roca, trabajamos nuestra vagina. 

Ahora, tenemos a la tecnología de nuestro lado y contamos con equipos como el Vaginal Training que nos enseñan cómo fortalecer todos los músculos de la vagina y cómo hacer bien una contracción durante la penetración. Tenemos el control de nuestro cuerpo y de nuestro sexo. Esto nos hace más seguras de nosotras mismas y si la seguridad la tienes de tu lado, ¡no te para nadie!

Toma el control de tus relaciones sexuales, fortalece tu vagina y hazte una experta en el Beso de Singapur.

 

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