La secreción vaginal es algo natural que le ocurre a la mayoría de las mujeres. Esta secreción no tiene por qué ser un síntoma de infección vaginal, al contrario, una secreción vaginal también puede indicar que, tu salud íntima, está bien.

Aún así, si tienes dudas sobre el tipo y el color de tus secreciones vaginales, lo mejor es que acudas a tu ginecólogo y que él te realice las pruebas necesarias para determinar si es algo natural o se trata de algo más.

Antes de empezar a hablar sobre los diferentes tipos de secreciones vaginales que puede tener una mujer y sus posibles causas, debemos definir qué es o qué se entiende por secreción vaginal.

Según la definición de Mayo Clinic, una secreción vaginal o flujo vaginal es una combinación de líquido y células que contienen moco cervical y que se libera de forma continua a través de la vagina.

 

¿Qué funciones cumple el flujo vaginal?

El flujo vaginal se encarga de limpiar y humedecer la vagina, ayudándola así a prevenir y combatir posibles infecciones.

El flujo o secreción vaginal lo segrega el cuello uterino, durante el ciclo menstrual, a lo largo de cada mes. Normalmente, esta sustancia suele ser transparente o blanquecina pero, al contacto con el exterior o con la ropa interior, puede volverse amarillento.

El flujo vaginal puede variar, con respecto a la cantidad que se segrega, en función de factores como el estrés, la ovulación o el embarazo. Pero, si además notamos un cambio significativo en su color o, incluso, en su olor, lo mejor es que nos pongamos en mano de un ginecólogo para que nos realice las pruebas adecuadas y saber si mi secreción es normal o tengo algún tipo de infección.

 

¿Qué es el flujo o secreción vaginal normal?

Como hemos mencionado en el apartado anterior, el flujo vaginal suele ser transparente o blanquecino y, aunque en contacto con factores externos puede volverse algo amarillento, no suele variar mucho en su tonalidad ni olor, aunque sí que hay factores que pueden influir en su densidad.

Por eso, normalmente, el flujo vaginal o secreción vaginal normal es aquel que no tiene color o, si lo tiene, es de tonalidad blanquecina. Si notas que tu flujo presenta alguno de los colores que te vamos a mostrar a continuación o ha cambiado en el olor, deberías ponerte en contacto con tu ginecólogo porque, puede ser, que tengas algún tipo de infección vaginal.

 

Tipos de flujo o secreciones vaginales en función de su color

Existen diferentes tipos de flujos vaginales en función de 3 factores principales: el color, el olor y la densidad. Son 3 características muy importantes que siempre tienes que tener en cuenta. Por eso, es importante que te familiarices bien con tu flujo vaginal, ya que esto hará que si, por cualquier razón, cambia en color, densidad u olor, lo detectes enseguida y puedas ponerle solución de forma rápida.

Estas son algunas de las características que puede tener el flujo vaginal en función de su color, su olor y su densidad y que pueden indicar diferentes aspectos de nuestra salud íntima:

 

Amarillo

La secreción vaginal o flujo vaginal de color amarillo no siempre tiene que indicar una infección. Es más, como hemos indicado con anterioridad, el color amarillo puede deberse al contacto de la mucosa con factores externos o con nuestra propia ropa interior. Ahora bien, este amarillo suele ser de tono blanquecino, sin olor y sin ningún otro síntoma.

Si presentas un color amarillo más chillón, el olor de la secreción es diferente o se acompaña de cualquier otro síntoma, puede ser un indicio de una Infección de Transmisión Sexual (ITS) o una infección bacteriana.

Por lo tanto, entre las infecciones que pueden indicar la secreción amarillenta, puede encontrarse las siguientes ITS:

  • La Tricomoniasis suele ir acompañada de síntomas como picazón, dolor al orinar y un olor desagradable.
  • La Clamidia, sin embargo, puede no manifestar ningún otro síntoma que denote malestar.

 

Blanco

Una secreción vaginal de tonalidades blanquecinas, sobre todo si se dan durante la ovulación o justo antes del período, suelen ser las tonalidades normales del flujo vaginal.

Eso sí, si esta secreción viene acompañada de otros factores como un olor fuerte o su consistencia es grumosa, podría tratarse de una infección por hongos. Es por ello que es muy importante tener identificado no solo el color de nuestro flujo, sino también su olor habitual.

Las infecciones por hongos también suelen venir acompañadas de otros síntomas característicos como picazón o ardor vaginal y suelen deberse al crecimiento excesivo del hongo Cándida, lo que puede derivar en la famosa Candidiasis.

Por otro lado, si lo que varía en nuestra secreción no es su consistencia, sino el olor, un olor fuerte a pescado, puede estar indicando Vaginosis Bacteriana, una infección bastante común entre mujeres con un rango de edad comprendido entre los 15 y los 44 años. La Vaginosis Bacteriana, normalmente, viene acompañada de síntomas como picazón vaginal o dolor al orinar.

 

Incolora o transparente

El flujo vaginal transparente o, casi, incolora, suele ser la tonalidad normal de esta secreción. Eso sí, al contacto con factores externos, o incluso con nuestra propia ropa interior, esta puede adquirir una tonalidad más blanquecina o, incluso, con un toque amarillento.

Cuando este es el color que refleja tu flujo vaginal, no debes preocuparte por su consistencia, ya que esta puede variar en función de cada mujer.

Pero siempre hay que tener bien presente que, cuanto más familiarizadas estemos con el color, la densidad, el olor e incluso con las posibles variaciones de nuestra secreción vaginal, mejor, ya que nos ayudará a detectar de forma rápida cualquier tipo de infección.

 

¿Cómo evitar infecciones vaginales?

Muchas veces pensamos que lavar a diario nuestra zona íntima es suficiente para evitar infecciones, sin darnos cuenta de que, muchas veces, los productos que usamos para llevar a cabo esta higiene, son los que nos la pueden provocar.

Por eso, es importante tener en cuenta también los siguientes factores que nos ayudarán a evitar posibles infecciones:

  • No utilices ropa interior demasiado ajustada.
  • Recuerda limpiar tu zona íntima de la forma más natural posible, evitando siempre desodorantes íntimos y lavados vaginales que puedan eliminar las bacterias sanas que suelen protegernos de las infecciones.

 

Aunque, siempre, lo más recomendable, es hablar con tu ginecólogo de cualquier problema que pueda afectar a tu salud íntima, ya que él sabrá recomendarte lo que necesitas en cada caso.