Nuestro cuerpo, siempre y cuando esté sano, sabe cuidarse y mantenerse en equilibrio. Estornudamos cuando agentes extraños irritan la mucosa nasal o lloramos si nos entra polvo en los ojos. Con la zona vaginal ocurre lo mismo: la vagina se autodepura, humedece y lubrica generando una mucosa en el interior del canal para mantener el equilibrio de la flora vaginal a través del pH. El pH vaginal protege nuestro cuerpo y funciona como mecanismo de defensa ante infecciones y molestias en la zona genital de la mujer. Este indicador varía durante cada ciclo de la vida de la mujer. Si el pH aumenta, se vuelve menos ácido y favorece la aparición de infecciones. Por lo que, aunque nuestro cuerpo sea inteligente y cuente con sus propios mecanismos para mantenerse sano, hay ciertos hábitos que pueden poner en riesgo este ecosistema y generar molestias, malos olores o incluso infecciones que requieren tratamiento médico.
Para evitar llegar a estas situaciones, es recomendable prestar atención a nuestra zona íntima, ya que en ocasiones no le damos la importancia que se merece en cuanto a cuidados se refiere y nos limitamos a mantener unos hábitos de limpieza básicos. Sin embargo, sabiendo que es una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, debemos prestar más atención y poner en práctica ciertos hábitos de higiene que nos ayudarán a cuidar la zona vaginal y mantener una óptima higiene. Presta atención a estos consejos porque gracias a ellos podrás prevenir futuras molestias. Sabemos que algunos de ellos son básicos y que ya estamos acostumbrados a aplicarlos, pero nunca está de más recordarlos.
- Lávate las manos antes y después de ir al baño.
- Olvídate de los productos con fragancia, ya sea tampones, toallas de uso diario o toallitas húmedas para el área vaginal. Es mejor que utilices productos sin fragancia, ya que los perfumes pueden alterar el pH haciéndote más propensa a infecciones y bacterias.
- Si habitualmente o de manera ocasional utilizas juguetes sexuales, no olvides mantenerlos siempre perfectamente limpios para evitar que bacterias y residuos se acumulen. Es recomendable lavar el juguete sexual justo antes y después de cada uso, hazlo con agua y un poco de jabón neutro o con el mismo jabón íntimo que suelas utilizar.
- Durante la menstruación, cambia con cierta regularidad las compresas, salva-slips y tampones (no es conveniente utilizarlos durante más de seis horas).
- Lávate las manos y la zona genital antes y después de mantener relaciones sexuales.
- Es recomendable llevar en la cartera toallitas húmedas (libres de alcohol), para utilizar después de que vayas al baño.
- Presta atención a las características de los flujos vaginales: los colores y olores demasiado fuertes pueden ser síntoma de infecciones y es necesario acudir a tu especialista.
- Usa ropa interior de algodón para favorecer la transpiración e impedir que el calor excesivo fomente la producción de bacterias. Puedes usar ropa interior de seda o encaje, pero trata de que tu vagina esté fresca la mayor parte del tiempo.
- Cuidado con la depilación, ya que se pueden producir pequeños cortes en labios y zonas cercanas. Además, hay que ser consciente de que al rasurarnos estamos exponiendo la vulva y la vagina, predisponiendo el origen de infecciones.
- Es fundamental que cuando te duches, utilices un gel íntimo específico -el jabón neutro es una buena opción- que mantenga el pH de esta zona en perfecto equilibrio y que no sea agresivo. Los jabones o geles de ducha para el cuerpo pueden producir sequedad sequedad, irritación y molestias.
Como ves, es importante que prestes atención a tu vagina y a su olor, flujo y su estado. Cómo la sientas te informará de su salud. Tu vagina te habla, ¡escúchala!