A lo largo de nuestra vida, las mujeres pasamos por diferentes etapas en las que nuestras hormonas cambian y, con ellas, nuestras emociones y nuestro aspecto físico. Las hormonas intervienen en prácticamente todos los mecanismos de nuestro organismo, y su exceso o escasez puede provocar enfermedades.

¿Quién no ha dicho o no ha escuchado nunca que una adolescente está alterada por las hormonas? Y es que esta expresión es acertada: durante la pubertad empiezan a experimentar cambios hormonales, ya que entran en juego las hormonas sexuales. Como consecuencia, aparecen cambios físicos como los periodos menstruales, el crecimiento del pecho y el desarrollo del vello púbico.

Con la llegada de la menstruación, exactamente en la fase de la ovulación es cuando se experimentan más cambios en el cuerpo. En esta etapa se produce la progesterona, que es la hormona responsable del leve aumento de la temperatura corporal, la retención de líquidos, la tensión mamaria, la distensión abdominal, la labilidad emocional y las alteraciones en el apetito. 

Las hormonas en el embarazo

Durante el embarazo, los trastornos hormonales son numerosos. Las hormonas son las responsables de las alteraciones de nuestro estado de ánimo, pero también de las transformaciones físicas que experimentamos. Al inicio predomina la secreción de progesterona para nutrir al embrión y de gonadotrofina coriónica, la hormona responsable de las náuseas y vómitos. Durante el segundo trimestre, los niveles de las hormonas se estabilizan hasta que se acerca el término del embarazo, momento en el que se produce prolactina para preparar las mamas para la lactancia, y la oxitocina, que tiene relación con la aparición de las contracciones del músculo uterino.

Después del parto, los niveles de hormonas deben equilibrarse de nuevo, por lo que el puerperio, periodo en el que el cuerpo materno vuelve a las condiciones progestacionales, es también un periodo de cambios. Además, a estas alteraciones hormonales también se suman las transformaciones de nuestra vida, de nuestro día a día, a nivel personal, familiar y laboral. Es por ello que en ocasiones podemos sentirnos tristes y decaídas. Es posible que nos encontremos ante un cuadro de depresión postparto, causado por el repentino descenso de dos hormonas femeninas: estrógeno y progesterona.

Cuando una mujer alcanza aproximadamente los 50 años entra en una época llamada climaterio, que implica el paso de la época fértil a la época no fértil. Se trata de un proceso que todas las mujeres a cierta edad tenemos que atravesar y con el que nuestro cuerpo sufre cambios que nos pueden afectar no solo a la salud, sino también al ámbito personal y social. La menopausia se caracteriza por el cese de la función reproductiva y el descenso de los niveles de estrógenos en el cuerpo. Esta caída de los niveles hormonales trae consigo cambios en todo el cuerpo, sobre los que ya hablamos en un post anterior. Si quieres saber qué hábitos pueden ayudarte a conservar tu calidad de vida durante esta nueva etapa, pues consultarlo en este artículo.

Los vaivenes hormonales son parte de los procesos fisiológicos del cuerpo. Cada mujer los afronta de una manera diferente, por lo que las necesidades de cada una varían en función de cómo se siente y de la etapa que atraviese. Sin embargo, adoptar algunos hábitos saludables puede ayudarnos, como mantener una vida social activa, realizar ejercicio físico periódicamente y seguir una dieta equilibrada.